Missa pro Defunctis a 5

Cristóbal de Morales

[…] En este mundo de inmediatez y prisas, con esta pieza tenemos el privilegio de poder sumergirnos en la polifonía de aquél que, como el mencionado San Juan de la Cruz, encontró en su determinación vital la búsqueda de un Principio. Porque la música de Cristóbal de Morales apunta hacia aquella región primera y última de las cosas, a una profundidad que está al alcance de todo el mundo.

 

La actitud al escuchar la música de Morales no debe ser, en absoluto, la de una audición musical más. Nos atrevemos a decir que tiene que ser en una disposición parecida a la de aquél que decide sumergirse en el ejercicio de la meditación. […] Una experiencia que está más allá del alcance de la palabra, la lógica y la razón.

 
 

Oriol Pérez Treviño (2022)

La imponente y sublime Missa pro Defunctis a 5 voces de Cristóbal de Morales (Ca. 1500-1553) es una de las obras más importantes de la historia de la música hispánica del siglo XVI. Nacido en Sevilla, una de las primeras realidades que nos sorprenden de Morales es lo poco que sabemos de él […]. Las diferentes ediciones localizadas a lo largo de Europa nos indican que su música fue de lo más apreciada. […] Catedrales como las de Ávila, Plasencia, Córdoba o Málaga fueron algunos de los escenarios donde Morales pudo desarrollar su carrera.

Lo realmente interesante de Morales se produjo gracias a que, a partir de 1535, fue cantante de la capilla papal, una institución que apreciaba a los cantores provenientes de la península ibérica. Es en este período en Roma cuando se publicó, en el año 1544, esta magnífica Missa pro Defunctis a 5 voces, que forma parte del Missarum Liber Secundus dedicado al Papa Paulo III (1468-1549). Son muchas las dudas establecidas sobre los motivos que llevaron a Morales a componer esta obra. Hay quien apunta la posibilidad de que fuera para las ceremonias fúnebres de la esposa del rey de España Carlos V (1500-1558), Isabel de Portugal (1503-1539). Lo que es seguro es que esta música fue interpretada en la catedral de la Ciudad de Méjico los años 1559 y 1598 como música para los funerales de los monarcas hispánicos Carlos V y Felipe II (1527-1598).

Con esta composición, Morales nos conduce a un espacio de serenidad, beatitud e hierática que materializa musicalmente los estados espirituales que la mística castellana proclamaba a través de figuras importantes como Santa Teresa de Jesús (1515-1582), Fray Luis de León (1527-1591) o San Juan de la Cruz (1542-1591).

 
 

– Alberto Palacios Guardia